CABERO, J. y CÓRDOBA, M. /2009): "Inclusión educativa: inclusión digital", Revista Nacional e Internacional de Educación Inclusiva, 2, 1, 61-77.
En este artículo se analizan las implicaciones que conllevan la educación inclusiva, así como las barreras y limitaciones que debemos afrontar. También aborda la temática de las tecnologías de la información y la comunicación, considerando que el acceso de las personas con diversidad funcional a las mismas como un elemento clave para su participación plena en la sociedad, desde la consideración del principio de igualdad de oportunidades.
El artículo está formado por dos partes; la educación en la diversidad y la sociedad del conocimiento inclusiva.
1. EDUCACION EN LA DIVERSIDAD
Comienza aclarando dos cuestiones:
- La inclusión escolar no es sinónimo de integración escolar; se trata de dos enfoques diferentes que suponen un cambio conceptual y una reestructuración del sistema educativo.
- La inclusión escolar no es un nuevo “invento” de la Educación Especial; la inclusión surge como consecuencia de los altos índices de exclusión y desigualdad educativa que persisten en la gran mayoría de sistemas educativos a nivel internacional. Y es precisamente desde instancias internacionales desde donde se reclama y se reivindica el derecho a la educación para todos los niños y niñas.
Según López Melero (2008, 47-48), para poder construir una escuela sin exclusiones es necesario culturas inclusivas, políticas inclusivas y prácticas pedagógicas inclusivas […] tan sólo es cuestión de tener una actitud de iniciar procesos de cambio y transformación.
Para este autor las barreras que están impidiendo la atención a la diversidad en nuestras escuelas serían las que se enumeran a continuación (López Melero 2008, 25 y ss.):
1. Barreras políticas (leyes y normativas contradictorias). Se refiere a las contradicciones que existen en el marco legal respecto a la educación de las personas y cultura diferente, ya que por un lado hay leyes que hablan de Una Educación Para Todos (UNESCO, 1990) y simultáneamente se permiten Colegios de Educación Especial.
2. Barreras culturales. La permanente actitud de clasificar y establecer normas discriminatorias entre el alumnado (etiquetaje).
3. Barreras didácticas (enseñanza-aprendizaje). Entre las barreras didácticas destacan aspectos como la competitividad existente en las aulas, el currículum basado en disciplinas, la organización espacio-temporal clásica, etc.
2. POR UNA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO INCLUSIVA
La atención a la diversidad en el contexto inclusivo actual constituye uno de los retos fundamentales y prioritarios a nivel internacional. Las personas con diversidad funcional deben tener las mismas posibilidades de acceso a la información al igual que las que dispone cualquier otro ciudadano. El acceso de las personas discapacitadas a lo que se denomina Sociedad del Conocimiento es necesario para su integración, desarrollo y participación como ciudadano activo de la sociedad.
Dos características destacamos en esta Sociedad: el apoyarse fuertemente en las TIC y su velocidad de cambio transformación y desarrollo. Respecto al primero, su apoyo en las TIC, nadie pone en duda la fuerte presencia que están adquiriendo en los momentos actuales. Por lo que respecta a la segunda, su velocidad, es la primera vez en la vida de la historia de la humanidad, que el conocimiento que una persona adquiere queda obsoleto antes de finalizar su vida.
Dentro de esta Sociedad del Conocimiento se nos presenta un problemática, la brecha digital, ya que las tecnologías que iban a servir para acortar las distancias entre las personas, en realidad están sirviendo para separarlas. Podríamos definir la brecha digital como la diferenciación producida entre aquellas personas, instituciones, sociedades o países, que pueden acceder a la red, y aquellas que no pueden hacerlo; es decir, la desigualdad de posibilidades que existen para acceder a la información, al conocimiento y la educación mediante las nn.tt.
No hay una única brecha digital, sino que sería más correcto que habláramos de brechas digitales, debemos percibirla como un elemento multidimensional, pues incluyen barreras de diferentes tipos: económicas, de localización geográfica, de edad, de sexo, de idioma, de educación y procedencia sociológica o cultural, o aquella que se deriva de la heterogeneidad de las personas con diversidad funcional. Y es esta última a la refiere este artículo. (Cabero, 2004, Bindé, 2005).
El fuerte crecimiento y aparición de nuevas tecnologías a la vez que ofrecen nuevas oportunidades para todas las personas a nivel general, también pueden convertirse en motivo de exclusión digital para las personas con diversidad funcional si no se actúa a nivel normativo, legislativo, social, político, económico y de mercado.
Progresivamente se están dando cambios importantes ya que, por una parte, cada vez más están apareciendo leyes y normativas que amparan la igualdad de oportunidades de todas las personas; y por otra, la sociedad está mostrando cada vez mayor sensibilidad y reconocimiento de los derechos de las personas con diversidad funcional, desde la consideración del principio de igualdad de oportunidades y no discriminación como un derecho fundamental.
Desde este punto se están produciendo importantes cambios legislativos, tanto a nivel nacional como internacional.
En nuestro país, la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, sobre Igualdad de Oportunidades, no Discriminación y Accesibilidad Universal (LIONDAU) establece estrategias fundamentales para la “lucha contra la discriminación” y la “accesibilidad universal”. (BOE nº 289, 3 de diciembre de 2003, 43188).
A nivel internacional destacamos la Conferencia Ministerial de Riga, celebrada del 11 al 13 de junio de 2006, “Declaración de Riga”, centrada en el tema “TIC para una sociedad inclusiva” (Unión Europea, 2006), donde los Ministros establecen una serie de prioridades y se comprometen a alcanzar una serie de objetivos concretos a conseguir antes de 2010, de los que destacamos, reducir a la mitad la brecha existente en el uso y disponibilidad de Internet por los grupos en riesgo de exclusión (personas mayores, discapacitadas o desempleadas); establecer acciones en el campo de la alfabetización y las habilidades digitales a fin de reducir a la mitad la brecha existente en los grupos de riesgo de exclusión; y establecer recomendaciones sobre estándares y enfoques comunes de accesibilidad de las TIC. Por ello, comunican como necesario (Comisión de las Comunidades Europeas 2007, 3):
1. Aumentar la visibilidad de la inclusión digital y aumentar el nivel de compromiso de las administraciones y de los interesados.
2. Establecer las condiciones necesarias para que todas las personas dispongan de las capacidades necesarias para hacer un uso activo de unas tecnologías accesibles y asequibles (si es necesario con apoyo legislativo).
3. Conseguir ofrecer a través de las tecnologías de la información y la comunicación unos servicios efectivos, inclusivos y coherentes.
Como conclusión, decir que el papel de las TIC en relación a las personas con discapacidad es fundamental, en el sentido de que les va a posibilitar la comunicación con otras personas y con su entorno, pueden facilitar sus aprendizajes, o para integrarse en el mundo laboral.
Desde esta perspectiva, consideramos que las TIC constituyen un recurso importante, a veces imprescindibles para el desarrollo integral, social y profesional de este colectivo. De igual manera, el uso de los medios tecnológicos para atender a la diversidad posibilita ofrecer una respuesta real y más acorde con las exigencias y demandas actuales para todo el alumnado que asisten a nuestras escuelas. Se deben dar una serie de medidas para favorecer la inclusión digital, y ello pasa como mínimo por contemplar tres aspectos: facilitar la presencia y acceso a las TIC, revisar sus características de adaptabilidad y accesibilidad, y la alfabetización digital.
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